07 mayo, 2015

Competencia Digital

Los habitantes de Telépolis se enfrentan al reto de adaptarse/alfabetizarse en un nuevo entorno constituido por herramientas, aplicaciones y medios de comunicación e información hasta ahora desconocidos, que están ahí, pero con los que hay que hacerse sin excusas. No saber o no querer utilizar estas potencialidades es como querer ser analfabeto y estar orgulloso de ello.

Las destrezas se adquieren en diferentes áreas y constituyen dimensiones que ahora mostramos en esta ilustración.


01 mayo, 2015

¿Dónde viven los habitantes de Telépolis?

A los ciudadanos más jóvenes de Telépolis se les ha propuesto la siguiente reflexión:

¿Cuánto tiempo y dónde (haciendo qué) pasamos el día en nuestro pueblo o ciudad real?
La respuesta es que la mayor parte del día se distribuye entre la casa y la escuela. Bastante menor es el tiempo que dedicamos a lo que hemos denominado "actividades". Las actividades son ocupaciones fuera de la escuela pero con una finalidad determinada: deporte, música, idiomas, etc.
El tiempo que dedicamos a estar en la plaza con nuestros amigos es ínfimo, casi ninguno.

En Telépolis, sin embargo, la estancia en la plaza entre o con los amigos supone casi el 80% de una jornada. Muy lejos de esta cifra e encuentra la escuela (normalmente solemos estar por obligación de hacer ciertas tareas) y una pequeñísima parte la ocupan entretenimientos de cierta calidad que antes hemos denominado "actividades". La estancia en casa es una mera anécdota y no llega al 1%.
La conclusión es que si comparamos las estancias entre una (real) y otra (digital) ciudad se invierten por completo y en el caso de Telépolis, la distancia entre la actividad principal "estancia con amigos" y cualquiera que le siga es, sencillamente, abrumadora.

¿Qué piensas cuando un joven de 16-17 años te dice que "la aldea global es para compensar la ausencia de los amigos en la vida real"?
Seguramente pensarás que es mucho más que eso. Pues me temo que ellos y ellas no.

28 abril, 2015

LA ALDEA GLOBAL




Este fue el título que dio Marshal McLuhan al libro que inició la reflexión sobre lo que supondría una nueva ordenación territorial y personal promovida por la nueva era de la digitalización.
A esta publicación añadiría el libro de Javier Echeverría "Telépolis" que, justo antes de la socialización de internet, reflexiona sobre las nuevas relaciones y los nuevos espacios y las nuevas maneras en que estas relaciones se podrán dar y las posibles consecuencias.
Lo cito porque me parece que 20 años después, apenas hemos desarrollado nuevas redes más allá de la calle y la plaza pública y es ahora cuando vamos ganando nuevos espacios y los que nos quedan por conquistar son precisamente aquellos que tenemos más cerca en el día a día: la casa y la escuela.
Nuestros alumnos viven en la calle, la plaza y en los centros de ocio y entretenimiento de Telépolis y apenas han pisado la biblioteca, los museos, las escuelas, las casas de esa aldea global.
Urge, pues, dar un salto cualitativo y hacer ver que la nueva ciudad dispone de todos los servicios y espacios imaginables y aún los que queden por imaginar.
Creo sinceramente que, en este sentido, los profesores no somos analfabetos digitales en el sentido en que estamos concienciados y nos damos cuenta de estas nuevas oportunidades. Los alumnos, por el contrario, se resisten a ir más allá de la plaza y "se cansan" cuando tienen que estar delante del ordenador trabajando y/o estudiando y leyendo más allá de la media hora.
El vértigo que el profesorado siente para mostrarse en la plaza púbica lo sienten los alumnos a la hora de "acudir" a la escuela en Telépolis.